Vas saliendo de la habitación y sabes que ella te sigue con los ojos. Tal vez pasaste enfrente de ella para que te viera, para quebrar su aparente tristeza con tu brevísima compañía, su miseria se apaga y recuerda que puede ser feliz y tú eres la prueba. Tú, en cambio, la detestas y pasas demasiado enfrente de ella, sí, demasiado, tal vez deseando que te siga más que con la mirada, tal vez que te siga con sus pasitos que en otro tiempo no te desagradaban tanto. En efecto te siue pero muy discretamente, si no la conocieras hasta podrías pensar que no te está siguiendo, después de todo ambos tienen que, inevitablemente, salir de esa habitación, bien podría no seguirte. Te detienes, ella te pasa de largo sin siquiera verte, tú piensas que lo que hace e smuy astuto, tal vez así tú no pensarías que te sigue, peor sabes que lo hace, en cualquier momento se detendrá para que tú la pases de largo. No lo harás, te quedarás ahi quieto para ver quien resiste más, para ver quién es más orgulloso. ...