Vas saliendo de la habitación y sabes que ella te sigue con los ojos. Tal vez pasaste enfrente de ella para que te viera, para quebrar su aparente tristeza con tu brevísima compañía, su miseria se apaga y recuerda que puede ser feliz y tú eres la prueba. Tú, en cambio, la detestas y pasas demasiado enfrente de ella, sí, demasiado, tal vez deseando que te siga más que con la mirada, tal vez que te siga con sus pasitos que en otro tiempo no te desagradaban tanto. En efecto te siue pero muy discretamente, si no la conocieras hasta podrías pensar que no te está siguiendo, después de todo ambos tienen que, inevitablemente, salir de esa habitación, bien podría no seguirte. Te detienes, ella te pasa de largo sin siquiera verte, tú piensas que lo que hace e smuy astuto, tal vez así tú no pensarías que te sigue, peor sabes que lo hace, en cualquier momento se detendrá para que tú la pases de largo. No lo harás, te quedarás ahi quieto para ver quien resiste más, para ver quién es más orgulloso. Ella se queda quieta, se sienta en el piso y abre un sobrecito que tiene galletas. Las come lentamente, siempre te molestó su lentitud al comer pero lo que pasa es que tú comes muy rápido. Tú no tienes prisa, traes un libro en la bolsa de tuy chamarra así que te sientas en el piso y te pones a leer. Es muy interesante el libro, pero más interesante es que sacas un discreto espejo de bolsillo y lo poner en el libro de manera que parezca que estás leyendo pero en realidad estás observándola. Es una desgraciada, se ha ido del lugar, perra infeliz malparida y demás. Estás tan enojado que cuando te dicen "¿Espiándome?" das un brinco enorme del susto y tan grave que se cae el espejo y se rompe. Ella se rie de tí y se sienta a tu lado. Tu simplemente no le hablas, la odias tanto... ella se recarga en tu hombro y dice lapidariamente "sabes que no te dejaré ir". Tu la oias cada día más y te quitas esa cabeza de tu hombro que tan desvergonzadamente se pozó ahi.
La vez ese otro día cruzando la calle, pudiste pasar inadvertido pero ella se percata de que estás por ahi, se desvía te saluda, te besa en la boca y no sabes si correr o darle un puñetazo por el atrevimiento. La voz de tu mamá retumba en tú cabeza "a las damitas no se les pega ni con el pétalo de una rosa". Sí pero esta chingadera que está enfrente contándote de su fin de semana pasado no e suna dama, es un maldito monstruo que merece la pena capital. La dejas hablando y te vas.
Es el último dia que ella estará aquí. Se va de viaje pues la Fundación Wkinghtleyburn la becó para irse a Australia a estudiar marsupiales. Nunca entiendes como ocurrió eso pues ella tebía un título en arquitectura. Se despide de tí y te da la mano y notas que tiene un pedazo de vidrio entre los dedos mientras te lo encaja en la palma. rápidamente te abraza y blande el vidrio en tu nuca fuertemente, al parecer también se está lastumando con el otro extremo del vidrio, peor no es un vidrio, es un pedazo de espejo y si lo piensas bine, podría ser aquél que se rompió mientras la espiabas. Te susurra al oido "ahora estaré siempre dentro de tí", su sangre entonces se apodera de tí. Ella se va.
Te has vuelto un hijo de puta, parece que te transfirió ciertas cualidades suyas. ¿Era ella un vampiro? No, sólo era una desgraciada.
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