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Cigarros

Yo conocí a alguien de quien ya no tengo noticia y a quien le robo una anécdota

Al parecer su mamá le decía, cuando por fin podían hablar, cuando por fin hablaban del divorcio que ocurrió hace tantos años, de la separación, etc., que una frase que dijo su ahora ex- esposo se quedó en su memoria : "Cuando fume, puedo pensar que estoy contigo porque es posible que tu también estés encendiendo un cigarro, es como si a la distancia te besara porque compartimos el mismo aliento (saca un cigarro el ex-esposo, aunque no acostumbraba a fumar)". Sin duda un episodio romántico y digno de recordarse a pesar de las infidelidades que produjeron la ruptura. Pero lo que no es nada loable es que estos episodios de conversación entre madre e hijo no ocurrían muy a menudo. Es sabido por todos que la personas tenemos derecho a saber cosas de nuestros antepasados, pero no era el caso, quizá lo único que sabía mi conocido acerca de su padre era que en algún momento de la vida dijo una frase muy atinada, pero nada más.

Mi conocido no es normal, no tiene amigos, cuando los tiene los usa, tiene novias para lo mismo, subirse el autoestima y usarlas, siempre termina mal con todos y es un berrinche con patas. Como digo, no es normal y por eso no es más que sólo un conocido para mí. Pero no por lo anterior desconozco algunas cosas de él, lo más notable quizá fue cuando se enamoró y enloqueció, al menos por unos días.

Mi conocido estaba leyendo un guión de película plácidamente en un jardín de la universidad, acostado en el pasto se imaginaba las imágenes de "Los Soñadores", una película fabulosa. Se sentó para encender un cigarrillo y adquirir una pose muy enigmática, estaba sentado con las rodillas dobladas a la altura de los hombros y con el brazo recargado en la rodilla derecha, con el cigarro, mirando al vacío, cuando entró Cristal en escena, una chica hermosa que tomaba clases con él, pero a la que nunca había visto atentamente. Caminaba ella bajo el sol, con cabellos negros brillantes, tez blanca, ojos color miel y labios pintados de un rojo imposible, un vestido ligero, adecuado para el calor, un andar decidido, y una sonrisa también imposible. Mi conocido no pudo más que interceptarla con algún pretexto imbécil, seguramente le preguntó algo referente a alguna tarea inexistente, pero pudo convencerla de sentarse a fumar con él en el pasto y platicar. Quizá sólo la convenció de platicar, porque ella no fumaba, si ella tenía un vicio quizá era tomar agua simple.

No quiero hacer largo el relato, hay que decir que siguieron viéndose, y se conocieron. Tenían cosas en común, claro, estudiaban lo mismo, les gustaba ir al cine, les gustaba leer, les gustaba la misma comida, pues resulta que los platillos especiales de la mamá de mi conocido eran los mismos que los de la mamá de Cristal. Aprendieron también que ambos vivían sólo con sus madres, que sus padres eran un misterio pues las mamás casi no hablaban de ello (algún mal generacional), aprendieron que las cosas que querían para el futuro eran compatibles, que querían estar juntos y que no había razón para que no lo estuvieran. Quizá fue la única vez que mi conocido dejó que alguien intimara con él, con seguridad fue la última.

Me gustaría decir que mi conocido y Cristal tuvieron vidas espectaculares pero no fue así, eran estudiantes regulares, iban a  fiestas, se emborrachaban tal vez una vez cada dos meses, dormían juntos, se peleaban y se reconciliaban y nada más, nada que otras parejas no hicieran.

Y como la mayoría de los noviazgos, un día decidieron decirse adiós. Ambos lloraban, Cristal pasaba tragos amargos de agua simple, porque siempre traía una botella, mi conocido fumaba lentamente. De pronto Cristal le arrebató la cajetilla, mi conocido pensó que la iba a tirar porque a ella nunca le había agradado el cigarro, pero en lugar de ello, sacó un cigarro y lo encendió. Le dijo para consolarlo: "como dijo mi padre alguna vez -cuando fume, puedo pensar que estoy contigo porque es posible que tu también estés encendiendo un cigarro, es como si a la distancia te besara porque compartimos el mismo aliento-". Ella pensó decir una frase profunda y atinada, mi conocido enloqueció y dejó de fumar.

Comentarios

Anthonio Miranda ha dicho que…
No mames, Adam, está rebuenooo!!!
jaja, dejaré e fumar... oye, por cierto, por qué dices el nombre de Crustal y no el de tu conocido?? :S

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