He leído a Hölderlin, no mucho en realidad, algunas cosillas, sólo he leído el Empedokles como Dios manda, en sus tres redacciones, inconclusas al parecer, gloriosamente inconclusas, incluso gloriosas por inconclusas, como el inicio de El Cid. Pero en Hölderlin no encuentro esa angustia que dice Argullol, o no tan latente. He leído a Argullol, sobre todo con detenimiento en la parte de Hölderlin, he leído a Hölderlin a través de Argullol. Él entre otras cosas, asevera que la separación de personaje-autor en el Romanticismo quizá no sea tan recomendable sobre todo para ciertos autores. Quizá Argullol es presa de lo mismo, creo que lo que pasa es que a través de la lectura que él hace de Hölderlin, he podido leer a Argullol, su personaje es la crítica y el análisis, y también es él mismo. Si a eso añadimos que según otras escuelas teóricas (a la que se adscribe Volpi en su último libro, acuérdate que les pasé por Twitter un ensayito que puso en Nexos ) al leer las cosas, no puedo separar...