No es noticia, ganaron los chavos de la sub-17 el mundial. ¡Bien por ellos! La pregunta quizá sea, ¿bien por nosotros? No faltará el que diga (y con razón) que a este país le hacen falta alegrías, sólo me disgusta pensar que de este tipo de cosas (porque ya no puede ser de otras) depende la alegría de muchas personas.
Esto en vez de ser una sesuda disertación acerca de si es válido alegrarse (y más bien qué tanto) o no, o de la manipulación, o si sólo es algo sencillo, será un parafraseo de lo que dijeron mi hermano y mi sobrino después de que terminó el partido.
H: Sí, que triste que esta sea la única alegría que tenemos, afuera siguen los muertos y el crimen y el pendejo de Calderón.
S: sí tío, es cierto, pero por un momento... digo, este es un día feliz
Y sí, quedé bien impresionado de mi sobrino, sólo le pidió que le dejara disfrutar "por un momento" porque para él, no va a pasar de eso. Como decía un tweet que vi ayer en la noche "Ni ejemplo moral, ni principio de nuestros problemas, ni forma de resolverlos, ni opio... el fútbol no puede pasar de ser chido y ya". A veces sí puede, pero definitivamente no debería.
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