He leído a Hölderlin, no mucho en realidad, algunas cosillas, sólo he leído el Empedokles como Dios manda, en sus tres redacciones, inconclusas al parecer, gloriosamente inconclusas, incluso gloriosas por inconclusas, como el inicio de El Cid. Pero en Hölderlin no encuentro esa angustia que dice Argullol, o no tan latente. He leído a Argullol, sobre todo con detenimiento en la parte de Hölderlin, he leído a Hölderlin a través de Argullol. Él entre otras cosas, asevera que la separación de personaje-autor en el Romanticismo quizá no sea tan recomendable sobre todo para ciertos autores. Quizá Argullol es presa de lo mismo, creo que lo que pasa es que a través de la lectura que él hace de Hölderlin, he podido leer a Argullol, su personaje es la crítica y el análisis, y también es él mismo. Si a eso añadimos que según otras escuelas teóricas (a la que se adscribe Volpi en su último libro, acuérdate que les pasé por Twitter un ensayito que puso en Nexos) al leer las cosas, no puedo separar esa experiencia de una experiencia real, la famosa empatía (antepredicativa por definición), y todo se funde en algo parecido a un recuerdo, vivido o no, no importa si no queremos que importe. Si a esto sumamos lo que hemos repetido en ocasiones del texto de Berlin que dice que esencialmente seguimos siendo románticos, resulta que se inmiscuye en mí la angustia que Argullol percibe en Hölderlin y en el Romanticismo en general.
Estaba pensando en una canción de Enrique Iglesias, una que dice "si pudiera ser tu héroe/ si pudiera ser tu dios" y ya no me sé más de la canción (honestamente no me sé más). Hay dos cosas curiosas, para empezar el "pudiera" implica que no es realidad, que es posible quizá, pero más bien, que es un deseo. Por otro lado no (me) deja de llamar la atención la presencia de las palabras "héroe" y "dios". Dice Argullol que para que el sujeto se asuma como héroe, debe vivir una tragedia, y claro que Enrique Iglesias no vive una tragedia, digo, se cogió a la Kournikova, sólo puede darle gracias a la vida después de eso. También dice Argullol que parte de la tragedia, quizá el meollo de la tragedia de Empédocles/Hölderlin es no poder "vivir y amar como un dios", es decir, más o menos lo que pasa con Enrique Iglesias, con la diferencia de que Empédokles/Hölderlin sí se asume como héroe y entonces su existencia implica la tragedia.
Quizá sea la necesidad inexplicable y la tendencia ineludible de mi persona hacia el drama barato, pero por un segundo me quiero asumir héroe y elevar mis problemas a una categoría trágica pues el problema de mis problemas es lo inevitable. No creo en el hado Fernando, no me he vuelto loco, no creo estar inserto en un periodo histórico anterior como se dice de Don Álvaro o la fuerza del sino donde al narrar un evento histórico anterior se recupera lo inevitable, las cosas sucederán de alguna manera específica porque ya sucedieron. Yo sé que sabes todo esto, pero no está demás ponerlo. Cuando hablamos de la posmodernidad, nos hemos repetido miles de veces la contradicción posmoderna, existen muchas posibilidades para elegir, pero esa posibilidades son finitas y entonces creo que ahí se reactiva la tragedia: en la imposibilidad de elegir del todo. Pensando en lo que me depara el futuro (y en lo inevitable del futuro) he pensado que las opciones que hay para mí son pocas, la realidad se impone y entonces me hará decidir si me adapto a sus reglas sociales y entonces el éxito profesional se facilita, o si no me adapto porque varias de las reglas sociales me asquean y mi éxito profesional se pone en riesgo. ¿No puedo elegir ser congruente y exitoso? Seguramente puedo elegirlo, pero muy probablemente no pueda realizarlo. ¿Ves a la pendeja de Elba Esther y al pendejo de Yúnez?, ¿ves como son impunes?, han elegido lo que la sociedad realmente les exige; ser unos culeros (yo sé que decir simplemente "culeros" es reduccionista, pero también es bastante transparente). Yo elijo no ser un "culero" pero casi se contrapone con el famoso "éxito", aunque me queda la satisfacción de la congruencia... a medias, porque en ningún momento elegí no-ser-exitoso.
Fácil, diría el que sea, eliges lo más importante: no-culero o exitoso, que casi es no-culero y semifracasado o culero y exitoso. No quiero ninguna, quiero una mezcla --> no-culero y exitoso. El mismo que me diría que es fácil, también me diría que no se puede todo en la vida, y parece ser que ya lo sé, pero esa es la tragedia, no-se-puede-todo. Es triste, una vez más, la totalidad se nos niega.
Yo sé que me puedes decir que estoy equivocado, que la mezcla que quiero se puede, pero cuesta trabajo, es difícil pero se puede. Ya que me quejo de todo, yo diría que no tendría que ser difícil, y el hecho de que sea difícil sólo es una parte más de TODA esta tragedia.
No tengo mucho más que decir, jaja, disculpa todas las malas lecturas y precisiones quesque teóricas, sólo así llegaron a mi cabeza.
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