Para hacer honor al título del blog, vengo a tirar un poco de bilis.
El 2 de octubre algunos alumnos cerraron la Facultad de Filosofía y Letras para recordar lo que ocurrió en el 68. En la facultad hubo algunas actividades de discusión o lectura de poemas. También, desde luego, hubo quienes estuvieron en contra del paro y lo hicieron plausible. Yo nunca estoy a favor de los paros porque sé que desprestigian a las instituciones y si de desprestigio se trata, nadie como la Fac. Eso no significa que no simpatice con las razones por las que se hizo el paro (porque la reforma laboral es una hija de puta), pero para eso, vamos a bloquear el congreso, los Pinos, o qué se yo, la escuela a la que van a tomar clase los hijos de Calderón. Pero eso sí, ya cualquier tipo de protesta trae consigo desprestigio.
Los argumentos anti paro nunca dejan de sorprenderé "déjame ir a mis clases" se repetía con la fe de quien pronuncia la palabra de Dios, como si con esas palabras se abriera el Mar (qué conveniente color) Rojo. Pero nada, el nivel de discusión era bajísimo, estudiantes de carreras de humanidades que no ven más allá de sus libros para ver un mundo y una sociedad que reclama que la analicen críticamente para reconstruirla, nada de eso, nada de argumentos, sólo un versículo "déjame ir a mis clases".
Una posición tan mediocre como esa, en la que el estudio no está justificado como una acción política y una acción rebelde sino como un deber ñoño que se cumple para tener una estrellita en la frente de la conciencia, nace de la suposición de que quienes hacen el paro no quieren estudiar. Ayer mientras tomaba agua en la noche pensé que si así fueran las cosas, los estudiantes con estrellita en la frente deberían cuidarse de la capacidad maquiavélica de los paristas porque mira que eso de inventar una coyuntura política para tomarla de pretexto para no ir a clase vaya que es un proceso complejo. Si tal es así, pues los paristas son muy astutos así que aguas. Bien me pueden decir que en realidad así ocurre ante cualquier cosa que parece una coyuntura política, cosa que es falsa y la realidad lo demuestra.Lo que pasa es que me deprime la poca capacidad argumentativa para defender el estudio, ¿qué va a pasar el día que quieran privatizar la Universidad?, ¿con esos estudiantes vamos a defender el derecho a la educación superior?
No es que me depriman los antiparistas ni los paristas, me deprime la gente pendeja.
El 2 de octubre algunos alumnos cerraron la Facultad de Filosofía y Letras para recordar lo que ocurrió en el 68. En la facultad hubo algunas actividades de discusión o lectura de poemas. También, desde luego, hubo quienes estuvieron en contra del paro y lo hicieron plausible. Yo nunca estoy a favor de los paros porque sé que desprestigian a las instituciones y si de desprestigio se trata, nadie como la Fac. Eso no significa que no simpatice con las razones por las que se hizo el paro (porque la reforma laboral es una hija de puta), pero para eso, vamos a bloquear el congreso, los Pinos, o qué se yo, la escuela a la que van a tomar clase los hijos de Calderón. Pero eso sí, ya cualquier tipo de protesta trae consigo desprestigio.
Los argumentos anti paro nunca dejan de sorprenderé "déjame ir a mis clases" se repetía con la fe de quien pronuncia la palabra de Dios, como si con esas palabras se abriera el Mar (qué conveniente color) Rojo. Pero nada, el nivel de discusión era bajísimo, estudiantes de carreras de humanidades que no ven más allá de sus libros para ver un mundo y una sociedad que reclama que la analicen críticamente para reconstruirla, nada de eso, nada de argumentos, sólo un versículo "déjame ir a mis clases".
Una posición tan mediocre como esa, en la que el estudio no está justificado como una acción política y una acción rebelde sino como un deber ñoño que se cumple para tener una estrellita en la frente de la conciencia, nace de la suposición de que quienes hacen el paro no quieren estudiar. Ayer mientras tomaba agua en la noche pensé que si así fueran las cosas, los estudiantes con estrellita en la frente deberían cuidarse de la capacidad maquiavélica de los paristas porque mira que eso de inventar una coyuntura política para tomarla de pretexto para no ir a clase vaya que es un proceso complejo. Si tal es así, pues los paristas son muy astutos así que aguas. Bien me pueden decir que en realidad así ocurre ante cualquier cosa que parece una coyuntura política, cosa que es falsa y la realidad lo demuestra.Lo que pasa es que me deprime la poca capacidad argumentativa para defender el estudio, ¿qué va a pasar el día que quieran privatizar la Universidad?, ¿con esos estudiantes vamos a defender el derecho a la educación superior?
No es que me depriman los antiparistas ni los paristas, me deprime la gente pendeja.
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