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Dos regalos del Internet para Navidad




Hoy, 24 de diciembre de 2014, despierto con dos grandes posibilidades: ver la nueva película de James Franco y Seth Rogen The Interview y escuchar o seis nuevas y oficiales canciones de Madonna, o bien varias versiones no finales de su nuevo disco Rebel Heart cuyo lanzamiento está programado para dentro de unos 3 meses según recuerdo.

The Interview es una película de la que me enteré cuando fui a ver Interstellar hace unos meses. Dado que disfruté horrores This is the End el año pasado, la nueva producción de este par de idiotas geniales prometía un buen momento de humor. Si a eso sumamos que yo previamente había estado estudiando algunas piezas de YHCHI, mi consumidor/espectador interior estaba interesado en más productos satíricos que critiquen Corea del Norte. No nos engañemos tampoco, YHCHI habla desde Corea del Sur, The Interview pertenece a Sony Pictures lo que pone a Estados Unidos y Japón como un parámetro de la burla: satirizamos aquello que nuestra propia cultura indica que es reprobable. No espero una crítica que no esté sumamente cargada de una ideología de la que soy igualmente escéptico. Lo interesante ha sido el desarrollo del lanzamiento de esta película: entre amenazas y reclamos, entre consignas en pro de la libertad de expresión y el miedo, si bien previamente el temor y un sentido de responsabilidad habían dejado como indefinida la fecha de lanzamiento de esta película, se anuncia que habrá un lanzamiento navideño. Muy bien por Seth Rogen y James Franco que se han beneficiado de toda esta atmósfera; predigo que si son víctimas de algún atentado (cosa que dudo muchísimo) morirán como dos mártires de la democracia, como figuras santas que representan la libertad: el presunto proyecto político deslumbrante al que nos tiene acostumbrados Estados Unidos. Esta película ya se ha transformado en un pequeño botón de muestra de lo mismo.

El nuevo álbum de Madonna es un poco harina de otro costal. Madonna se ha enfurecido por el hecho de que se han filtrado algunas canciones, particularmente versiones no finales. Leemos en su Instagram: 

I am asking my true fans and supporters who respect me as an artist and a human to not get involved with the purchasing trading or posting of unreleased images or music. I hope and pray we find the source of the leaks soon. Until then i am grateful for any leads or info and even more grateful for your support and loyalty! Please let me finish my work so i can give you my very best! #respectartandthe[p]rocess   (http://instagram.com/p/wjx0EXmEf8/?modal=true)

Hay varias implicaciones en este texto. Madonna siente que tiene el poder de legitimar a un fan. Un "verdadero fan" es aquel que consume por los medios, de la manera y en el momento en que Madonna considere adecuados. Tienes estrellita en la frente si además colaboras con la Gestapo MDNA y señalas dónde están los ladrones; si eres fan de verdad nos ayudaras a estabilizar los medios de distribución que nos gustan. La reina del pop no es nada ingenua, sabe a lo que se está enfrentando:
This is the age that we're living in," Madonna told Billboard. "It's crazy. I mean, look at what's going on with Sony Pictures. It's just the age that we're living in. It's crazy times. The Internet is as constructive and helpful in bringing to people together as it is in doing dangerous things and hurting people. It's a double-edged sword. (http://www.billboard.com/articles/news/6415165/madonna-more-rebel-heart-leaks-pharrell)

Madonna identifica correctamente "el problema". A pesar de las estrategias de contraataque como lanzar seis canciones en iTunes para que los "verdaderos fans" adquieran un adelanto legítimo del álbum, la realidad es que tanto los demos como las seis canciones liberadas probablemente ya están en las computadoras de todos los fans, auténticos y bastardos. El Internet es un ambiente que a pesar de los intentos de contener la distribución y participación horizontal, siempre encuentra la manera de sacudirse las cadenas. La tensión entre estructuras jerárquicas e Internet constantemente nos muestra su incompatibilidad.

Madonna equipara las filtraciones de su disco con los ataques perpetrados a Sony Pictures. Ambos cuerpos producen contenidos para su posterior consumo. En ese sentido ellos son responsables de lo que su trabajo desencadene: si Sony Pictures lanza una sátira de un país totalitario como Corea del Norte, puede prepararse para sufrir las consecuencias. Esos ataques cibernéticos son la forma más directa que podemos observar de "feedback": un grupo que se siente agraviado ahora puede responder. Las connotaciones políticas de un ataque de particulares y uno orquestado por un país también son muchas y diversas, no pretendo equipararlas ni colgarles juicios morales, pero Internet se encarga de hacernos notar que son posibles. Una estructura vertical y unívoca como es la de la producción se interna en un ambiente que por su misma naturaleza desconoce las jerarquías. El proceso y las canciones no le pertenecen más a Madonna. Por más que la reina del pop pida que respetemos el proceso tal y como ella lo entiende (es decir la cadena jerárquica de producción), Internet resquebraja esas dinámicas.

¿Y es que cómo no hacerlo? Si Madonna cree que sacando por medio de una sola plataforma sus seis canciones va a satisfacer los deseos de los fans, naturales o bastardos, está muy equivocada. ¿Qué pasa si quiero escuchar la canción en mi smartphone Samsung? ¿Qué pasa si el formato de Apple no me gusta? ¿Por qué tengo que tener una cuenta de iTunes? ¿Y si quiero un archivo flac? Y la pregunta quizá más importante aunque incomode moralidades diversas: ¿y si no quiero pagar? Afortunadamente tenemos Internet, podemos disponer de mp3s de distinta calidad y en poco tiempo aparecerán las versiones en distintos formatos para los escuchas más exigentes. Internet distribuye y de esa manera usurpa parte del proceso de producción, lo resquebraja e impone inevitablemente la horizontalidad.

¿Acaso Madonna nos daría acceso a las versiones no terminadas? Esta idea de la voluntad del autor y de la obra concluida, tema tan manido en los estudios literarios, dista mucho de ser tratado de la misma forma en la industria musical mainstream. ¿Existe un original, una versión final? ¿Las versiones en vivo, la primer grabación, la primera versión que convenció a Madonna o al productor no tendrán valor frente a la del álbum? Un verdadero fan es aquel que tiene tanto respeto e interés por el proceso creativo que además de escuchar el álbum, quisiera escuchar las versiones no finales para conocer al menos un poco del camino que llevó a las versiones oficiales. Pero ni Madonna ni iTunes nos dan acceso a esos productos. De todas formas poco o nada importa la opinión de Madonna y ella lo sabe, pero no le gusta.

La decisión de Sony Pictures de distribuir en Internet por medio de unas cuantas plataformas es igual de criticable. Si tengo un AppleTv, ¿no puedo ver la película de Seth Rogen? Tengo que comprar un Chromecast o usar mi Xbox... ¿Xbox? ¿Osea que Sony Pictures no va a distribuir la película en PS4,  la consola de la marca? Debe de haber una muy buena lana involucrada. No, no... mejor la bajo de KickAss Torrents porque aunque quisiera pagarla no tengo los dispositivos... la podría ver en YouTube claro pero... la película sólo está disponible en Estados Unidos. A los usuarios de Internet no les interesan las restricciones de distribución, cuestiones de copywright, etc., sólo se trata de consumo libre en que ningún usuario tiene más derecho que otro.

Hoy es un día feliz. Tengo una película, seis canciones oficiales, 13 versiones no finales, no pagué ni un peso y estoy en un país del tercer mundo. Gracias Internet.




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