Es un fulano al que he llamado "un tal Roark" porque me recuerda a un personaje llamdo Howard Roark. No importa si no lo conoces, voy a hablarles del sujeto al que me refiero.
Me impresiona mucho que "un tal Roark" se conduzca como lo hace. Estos límites extraños e imprecisos entre soledad, egolatría y mamonería se mezclan confusamente entre la sociedad y ésta se los reclama, pero no abiertamente, sino con miradas, ojos que le dicen "¿por qué eres tan malditamente inhumano, qué no te importo para nada?". Desde luego, no se atreven a decírselo abiertamente y de pronto se complica la conversación con él a tal manera que nunca inicia pues nadie sabe cómo. Él sigue y verdaderamente no le importa el resto, y la gente cada vez se siente más desafiada, "¿quién se cree este para andar por ahí sin tomarme en cuenta, qué se cree que no lo merezco?". No, nada de eso "un tal Roark" está concentrado en cualquier otra cosa, tal vez en sus obras, en sus acciones, tal vez como dice mi maestro de teoría literaria, en su existencia de la que abstraemos su esencia, y "un tal Roark" no concibe existencia en otro lado que no sea la acción.
Hay quienes no encuentran otra manera de acercarse a él más que adorarlo, pero caen infinitamente en un agujero que con su terquedad cavan, pues lo adoran por temor, nunca logran adorarlo por él mismo pues no lo conocen.
Hay quienes antes de odiarlo, tratan de mostrar su "superioridad" al excluirlo, o tratar que se sienta excluido, pero su intento también es inútil pues "un tal Roark" nunca estuvo dentro, por lo que no es posible excluirlo. De ahí que entonces procedan indudable e inequívocamente a odiarlo, pues así pueden desquitarse de la indiferencia tan insultante que les ha dado.
Hay, sin embargo, "alguien" que lo ama y por lo mismo trata de destruirlo, pues "alguien" sabe que lo que "un tal Roark" hace, es tan personal (en más d eun sentido) e íntimo y tan inapreciado, que en efecto, nadie lo merece, aunque "un tal Roark" jamás haya querido dar a entender cualquiera de esas cosas.
Yo lejos de amarlo u odiarlo, lo admiro, no en el sentido común, sino que lo observo y me alegro de que "un tal Roark" exista por ahí, pues me agrada que dicha persona se respete.
Comentarios
Un personaje ideal ese Roark.