Ayer iba caminando por la entrada de la UNAM que está en Av. Universidad, iba escuchando Kashmir si mal no recuerdo, o tal vez era Blonde Redhead porque acaba de renacer ese amorío... en fin, iba caminando, escuchando música y leyendo (Pau del Collado puede corroborar eso) y de repente vi a una chica de más o menos metro sesenta, güera, delgada y guapetona, yo pensé "mira, [aquí el nombre de mi amiga]" y pensé en acercarme a saludarla, pero mientras más cerca estaba de mí, más me daba cuenta de mi error; no era [mi amiga] sino alguien que se parecía, me confundí.
Después de eso me acordé de que una vez cuando estaba chiquito vi una mujer con una chamarra rojo y negro como la de mi mamá y en un gesto de amor me lancé hacia ella y la abracé, pero recibí un pequeño y gentil empujón "niño, te confundiste" y yo apenas pude decir "perdón" mientras me ponía rojo y salía en busca de mi verdadera y biológica madre. Me acordé de ese momento vergonzoso pero también pensé que muy probablemente esa mujer no se habría ofendido ni nada por el estilo, era evidente que yo me había equivocado y ya, no pasaba nada.
Me pregunto qué pasaría si esa escena se repitiera ahora que ya paso de los quince (qué digo de los 15, de los 20), ¿la mujer se sentiría incómoda? No lo sabemos, quizá todo dependiera de qué tan arrepentido me mostrara después de lanzarme encima de ella,"disculpe señorita, qué pena, la he confundido con (¿mi mamá?, no, no eso a mi edad es patético además de poco creíble) con mi novia, estoy lleno de vergüenza, disculpe eh..." Pero luego pensé que no importa qué tan arrepentido me mostrara, cualquier mujer ante tal situación debe responder, por lo menos, con una patada en la espinilla, no porque ser descuidado merezca tal castigo, pero es que uno ya no sabe en quién confiar. Ya me imagino toda una moda de hombres "confundidos" abrazando (por decir lo menos) a diestra y siniestra en el METRO, en el pesero, a la salida de cualquier concierto en el Foro Sol... toda confusión fingida desde luego.
"Ya llegué... sí, otra vez me confundieron (por decir lo menos) tres veces..."
Pero además de todo, si bien debe ser nefasto que la gente te abrace (por decir etc.) arbitrariamente, peor será para las personas a las que no sean abrasadas, que seguramente serían muchísimas, imagínense, la cuota de suicidios en el METRO se triplicaría, todo por la baja autoestima de los "no-abrasados".
Creo que lo que trato de decir es, chingá reconozca mejor a sus amistades, yo haré lo mismo.
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