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El violín

Paciente público gracias por estar al pendiente del desarrollo de este blog. Prometería que voy a ser menos webón pero no quiero engañarlos, ya iremos viendo como ocurren las cosas. Por el momento me sumo tardíamente a todos aquellos que han recomendado una película mexicana llamada "El violín" que desde luego yo no había visto y apenas ayer tuve el gusto de ver.

¿De qué se trata? Es la historia de todos los pueblos marginados, de las personas que ya no tienen nada que perder y se dan a la tarea de combatir al sistema que los oprime, situados en el último resquicio de la sobrevivencia que ya no tiene cabida para abstracciones demócratas y que demanda y obtiene acciones inmediatas, madrazos con los soldados del ejército.

¿Lo estoy justificando? No es el propósito de este post analizar si la lucha armada es justificable o no, apenas les comento el resultado histórico de lo que es la desesperación del hambre. Que hay otras formas, las hay, así que hablamos de una de ellas, de una que también ha hecho más eco (yo creo) que las demás, el movimiento armado está presente en la historia de muchas civilizaciones que hoy son primermundistas demócratas y etc.

La película está hábilmente construida. No se sitúa en ningún lugar particular ni en ningún momento particular, es por eso que la vigencia de "la cinta" es casi inagotable; aplica para cualquier momento y en cualquier lugar. Esto me consta porque fui a una proyección en la que al final hubo una entrevista del protagonista con el público y el dicho actor nos dijo que habían recibido comentrios como :"eso paso en Grecia hace 150 años", "eso pasó en Brazil hace 120 años", "eso pasó en México en los 70's" a lo que yo debía agregar que se ha dado en México en todas las décadas, y lejos de querer hacer de esto una crítica, reafirmo la sentencia que plantée casi al principio del párrafo, la vigencia de la película es casi inagotable.

Un detalle interesante es que muestra que a fin de cunetas, esos desgraciados que llamamos militares, también son personas. Había una consigna en el 68 que decía  algo parecido a "soldado tú también eres pueblo" y efectivamente, lo son.

Haciéndose un poco de autoerotismo de la índole mental, usted, hábil y talentoso lector, podría rescatar el mensaje que yo (hábil y talentoso, aunque webón, blogista) he encontrado. Es muy simpático.

En una ocasión el abuelo le dice la nieto por qué han tenido que abandonar su hogar con un relato mitológico. En resumidas cunetas dice que "los dioses" han creado la tierra los elemnetos los animales y al hombre y a la mujer, y todos eran muy felices. Sin embargo un dios juguetón les dio a algunos hombres falaces la ambición y la envidia. Los otros dioses los desterraron, pero se les colaron algunos que poquito a poquito se fueron apropiando d elas cosas de los demás hasta que un día quisieron apoderarse de todo. Entonces los hombres verdaderos pidieron a los dioses que intervinieran en su favor, los dioses les respondieron que su destino era hacerse justicia, pelear por lo que era suyo, y así lo hacen los hombres verdaderos. Entonces termina el relato.

La película tiene tres generaciones: un abuelo-papá,un hijo-papá y un hijo-nieto. A lo largo de la pelñicula tanto el abuelo como el papá cumplen con su destino de hombres verdaderos y luchan por lo que les pertenece. Ambos mueren, y al final se ve al nieto iniciándose en lo que es el camino del hombre verdadero. Entonces es cíclico, unos mueren pero otros seguirán la lucha. Parece que es el mandato de los dioses, sin embargo, no se ve a los hombres verdaderos reconquistando lo perdido y es donde entra mi duda. ¿qué es lo que pasa? Acaso ese es el destino de todos los hombres verdaderos, continuar la lucha por lo que les pertenece? Eso significa que hay que continuar la lucha porque aun no se logra el propósito, lo que entonces parece lapidario. Los hombres verdaderos lucharán siempre, pero nunca lograrán nada.

No sé, es la interpretación que ofrezco de la película, no de la realidad. Si ya la vieron díganme que opinan y si no, pues véanla.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Milagro! ¡Por fin un nuevo textitooooo! ¡Ya era hora! Bueno, me gustó tu interpretación. Yo la vi hace unos años y mi interpretación fue otra. Me gusta ver que todos los hombres, sin importar su edad intervienen de un modo u otro, según la cpapcidad, talento y habilidad de cada quien en la lucha. Me agradó que no existiera el consabido límite a causa de la edad para eguir luchando. La lucha no es exclusiva de los jóvenes, también los niños y los abuelos participan. la lucha es un asunto familiar y generacional al mismo tiempo, no de legado, no de "los fuertes", sino de todos. Eso es lo que vi y el valor y el ingenio, la creatividad y un vislumbre de acuerdo, de comunión por medio de la música, sin embargo, entorpecida por la maldita sed de poder, de creer que entre gente de una misma raza, sólo por luchar en bandos contrarios, pueda haber superiores e inferiores.
TC12
oublieroblivion ha dicho que…
hOLA Adam :)

pues me gustó tu reflexión, mucho muy.
aunque yo no pude evitar relacionarla (que obvio lo está) sólo con el país, porque me duele hasta la ignominia.

yo vi ahí, como en la realidad, obviamente el abuso del poder, la injusticia, pero sobre todo la impunidad y la incertidumbre... grandes males de este país.

el sufrimiento de nuestra gente, el despojo de sus tierras, yo partidaria de nuestras culturas indígenas, no pude evitar derramar una lágrima en especial cuando se escucha algo así como: "se acabó la música"
sí, se acabó la música, cada vez la tradición musical de nuestro pueblo se pierde más, la migración a las ciudades, en especial este caldo de hervidero de polución, me parte el alma, lo peor es que no tengo aún cómo hacer algo, ideas tengo, pero no me siento preparada (cara de pena) :(

me duele tanto ver a la tambora o al trompetista afuera de mi edificio tocando alguna melodía popular como "flor de capomo" o "por los caminos del sur", que siempre lloro.

el otro día vi a un señor tarahumara y no podía parar de llorar.

en fin, a mí me duele eso, que me pregunto qué tan mal está el campo mexicano que prefieren venir a mendigar, que los traten como perros, a dormir en el suelo frío y a comer sobras.

seguro, que no conocen la felicidad bajo el concepto que yo creo conocerla; me pregunto a veces si en esas personas siquiera figura en sus mentes algo remotamente cercaco a eso, felicidad.

admito también que no podemos culpar de todo al gobierno, también es culpa de la gente, la resignación y el conformismo, otros grandes males, pero estamos tan metidos en un círculo vicioso, que la verdad, a veces dudo que pueda terminar.

tantos años de opresión, tanta desconfianza de nuestra gente, y ahora, perdona la palabra, también tanta "huevonería", puros flojos, que quieren que papá gobierno les dé todo, cuando hay ongs, cuando la sociedad civil se despierta y quieren hacer algo, luego tampoco quieren, luego son muy reacios, es entendible por lo mal que han sido tratados siempre, y en fin, entramos al círculo...

fuera del sentimentalismo fundado, la película como ti, me parece especialmente buena porque no tiene un tiempo y espacio definido y en efecto, le da vigencia
qué bueno que te gustó la película


saludos
MusicaLibertariaMID ha dicho que…
disculpa, ese texto de los hombres verdaderos (el relato que cuenta el abuelo al nieto) ¿quien lo escribio?

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