Hace tiempo que no veía a sus amigos. No puede llamarlos de otra manera. Tal vez no los ha visto porque están ocupados y han decidido cosas no compatibles con seguirse frecuentando. Tal vez él ha hecho lo mismo, puede que se haya enfocado en otras cosas y no los haya buscado para ver, cómo están, que cosas nuevas hacen, si ya se pueden hablar. Tal vez es que le interesa más a nadie.
Hoy convivió con ellos mucho más tiempo que en los últimos meses. La cara de su amigo no pudo mantenerse estática y eso que goza de extraordinarias cualidades histriónicas, la de él tampoco pudo ocultar la sorpresa. Con ella ya había intercambiado gestos, más bien al revés, habían reservado sus gestos. Yo creo que fue tanta la sorpresa que se mudó en incomodidad, cómo hablarse después de tanto tiempo, despues de rotos vuestros lazos como dice una canción de Mecano, parecía toda una hazaña. Por un momento estuvieron en los mismos cinco metros cuadrados, es más, por dos momentos. A decir verdad no pudo evitar el sentirse feliz. "Despues de todo sigo aquí"- quiso engañarse. Siguió si camino con la mujer que por buena costumbre tiene acompañarlo en varios metafóricos y literales sentidos, ya era hora de irse, ya no podía prolongar la extrañamente ansiada convivencia que a ratos recuerda como grata. La de los varios sentidos volteó a verloi, quería ver si estaba bien. Se había estremecido ¿para qué ocultarlo?, pero no demasiado, la cara de su acompañante esperaba algún comentario. "Bla", fue lo que pudo decir y ella tomó un rato su mano para reconfortarlo, en caso de que lo necesitara. Qusiera decir que fue lindo, pero no es cierto, lo más que puede permitirse es "fue sorpresivo". Tal vez en un día de fiesta desmedida a lo Mijaíl Mijáilovic puedan volver a bailar juntos, por lo pronto todos disfrutan del tácito pacto del silencio.
Fragmento del libro Lo que nunca escribí
Comentarios
justo cuando creí que habías tenido una excelente experiencia del amor perdido y transformado en recuerdo incomodo me sales con que es una ficción...
amor ficción
CARAJO, yo quería que me platicaras quien era la morra, como la ibamos a descuartizar y cuantas veces te había roto el corazón... la narración atrapa.
Saludos,
K.