Gracias a Federico Álvarez, ahora pienso en el dialogismo y me propongo monologar (no soliloquiar) con Huberto Batiz porque tengo muchas cosas que decirle y se los dejo leer porque algunos lo conocen y porque saben que es un hombre de menos, impactante.
Sabe, no quiero que pase nada. En verdad me preocupa que pudiera entrar a ver esto y ya ni siquiera tenga ganas de corregirlo y de mentarme la madre de manera sutil y ácida. Ojalá si escribo "haber" cuando quiero decir que quiero ver algo, le sigan dando pequeños retortijones. No quisiera pensar que ha perdido interés en ello.
Aceptémoslo, es un hombre viejo. Eso no quiere decir que esté acabado. Me acuerdo de un texto de Papini que dice que un hombre que a los treinta y tres (con letra porque sigo teniendo mis dudas y prefiero pecar de "letrón" y no de "numerón") años no ha logrado nada, vivirá una vida mediocre. No sé si a los treinta y tres ya era alguien de menos impactante pero de no ser así, ha desmentido a Papini. Muchos loores seguramente ha recibido y no soy quien para repetirlos, creo que odiamos lo reiterativo y lo elogioso por pensar que podría (yo) tener un interés oculto. No lo tengo. Sólo quiero que entienda una cosa que seguramente ya sabe, pero de la que no debe dudar. Como alumnos, lo necesitamos. Muchos de nosotros ya no conocimos el sábado y si algo de él sabemos es por libros, pero lo que aprendimos en esas dos horas de nueve a once los viernes no es comparable con ninguna otra clase. No quiero decir que sea mejor o peor pero desde mi gusto personal es preferible a muchas otras clases de las que posiblemente no aproveché demasiado. Era buen momento para enfrentarnos con nuestra completa ignorancia y resignarnos de buen o mal grado a aprender de alguien que sabe más que nosotros y cuyas enseñanzas, a muchos, no se nos han olvidado o no del todo.
No sé que tan bien esté usted, pudiera asegurar que ha tenido tiempos mejores y en cuanto me he enterado del último evento no pude evitar preguntarme "¿cómo estará Batiz?".
Aceptémoslo, es un hombre viejo. Eso no significa que esté acabado. Sinceramente me preocupa que el último evento lo afecte demasiado, sinceramente me preocupa quién va a darme Taller de revista cuando por fin pueda inscribir la materia. Dígame con sinceridad, quién sino usted. He de sonar egoísta pero es que yo lo valoro como maestro, no como Mtro. que indica un nivel de escolaridad, sino como aquél que educa, que enseña, no que adoctrina. No me importa si usted está de acuerdo con mi juicio de valor, así funciona.
Creo que lo que he querido decir con todo esto es muy sencillo: aunque a veces las circunstacias dieran lugar a matarse o dejarse morir, la petición aquí es -no se muera- y si lo hace, cuídese de que no me entere.
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